martes, 24 de enero de 2017

Capítulo 22.

Verano.
Cuando me despierto por la mañana, noto que la camiseta se me ha levantado porque el brazo de Charlie descansa sobre mi piel desnuda, me muevo con lentitud hasta quedarme cara a cara con él. Veo sus pestañas entrelazadas y al mirar sus labios veo que todavía tiene un franja rosada sobre el inferior y pienso en todo lo que ha pasado esta mitad de verano por mi culpa, por mi egoísmo.
La pelea entre dos primos, el corazón roto de una chica, el abandono de una amigo... todo ha pasado por querer algo con tanto deseo, todo por querer a Charlie.
-No puedo más -digo en un susurro mientras deslizo los dedos sobre su mejilla. Acto seguido se mueve levemente y me abraza contra él con más fuerza.
Pasan veinte minutos, hasta que por fin Charlie se digna a despertarse.
-Buenos días Mili -dice con una sonrisa.
-Buenos días -digo con brusquedad apartándome de él y yendo al baño cuando salgo lo veo tirado en la cama con los brazos estirados para arriba y las manos detrás de su nuca.
Me dirijo a la mesita de noche donde descansa mi teléfono móvil, me siento en la cama y busco en la agenda el número de Chris.
-¿Qué haces? -dice apoyando la mandíbula sobre mi hombro.
-Llamar a tu hermano quiero volver a casa -digo levantándome y haciendo que su cabeza resbale y caiga sobre la cama. Después de dos tonos Chris atiende la llamada.
-¿Rae? ¿dónde estás?
-Chris, fui a la ciudad con tu hermano y el coche no arrancaba, ¿hay alguna manera de que nos vengáis a buscar?
-Will dice que puede ir a buscaros, le pedirá el coche a los Benet.
-Gracias.
-Ya sabes que es un placer.
-Y Chris.
-¿Sí?
-El final del verano es nuestro -antes de que pueda contestar le cuelgo.
-¿Mili va todo bien?
-Ahora sí, nos vienen a buscar así que vístete de una maldita vez -digo tirándole lo primero que encuentro.
-¿A que viene eso?
-Ni que no actuáramos así siempre.
-Creía que...
-¿Qué? ¿qué por ser verano dejaría de molestarte? Eso nunca.
Hace una mueca extraña antes de sonreír y tirarme uno de los cojines a la cara.
-Esta es la Mili que yo conozco.
Charlie se viste y acto seguido bajamos a la recepción, me siento en una de las butacas y cojo una revista, Charlie por su lado se pone a hablar con la chica de ayer y así pasamos los treinta eternos minutos que pasan hasta que Will viene a buscarnos.
-Buenos días, ¿cómo han ido las compras?
-Bastante bien -dice Charlie acomodándose en la parte trasera.
-¿Rae?
-Bueno se puede decir que me he dado cuenta de varias cosas.
-Que soy irresistible, lo sé -dice Charlie con suficiencia desde atrás.
-No, que cuanto más rato paso contigo más idiota te vuelves.
-¡Eeh! Eso duele.
-¿Está todo bien? -pregunta Will mirándome un segundo antes volver la vista a la carretera.
-Sí, solo quiero volver a casa y pasar el resto del verano con mi mejor amigo, todo lo demás ya no importa.


Chris y yo paseamos por el bosque sin decir nada. Hasta que repentinamente mi compañero se tira al suelo.
-¿Qué haces?
-Túmbate -me dice mientras mira el cielo. Le hago caso y lo dos descansamos bajo la sobra de un gran árbol.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-He sido una idiota todo lo que llevamos de verano.
-¿A qué te refieres?
-Eres mi mejor amigo y no he pasado nada de tiempo contigo por mi egoísmo.
-Rae, ¿qué ha pasado?
-Me he dado cuenta de que tu hermano no me conviene, y que por mi culpa he hecho daño a mucha gente.
-Entiendo.
-Así que a partir de hoy, este es nuestro verano de nadie más, tu y yo solos contra el universo.
Chris alza su meñique listo para entrelazarlo con el mio y los dos nos reímos.

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