Charlie me espera junto al coche
de Will, con los brazos cruzados y las gafas de sol puestas, se mira
la pinta de los pies mientras mueve una piedrecita en el suelo.
-Claro -abre la puerta del coche
y le miro extrañada- le he pedido las llaves a Will, pesé que lo
preferirías a ir en moto.
-La verdad es que sí, gracias
-digo sorprendida de que lo recuerde.
Cuando llegamos a la ciudad
entramos en varias tiendas de ropa hasta que encuentro lo que
buscaba.
-¿Qué te parece? -le pregunto
a Charlie mientras le enseño varias camisetas con dibujos
divertidos.
-¿Qué quieres decir?
-Que siempre llevas el mismo
tipo de ropa, pantalones, camisetas anchas y sudaderas a lo mejor
podrías cambiar algún día.
-Lo dices como si no te gustara.
-No me malinterpretes prefiero
que vistas como lo haces tu que verte con la ropa que llevan las
crías hoy en día, solo digo que te podrías sacar más partido
alguna vez.
-¿Cómo?
-¿Confías en mí como para
elegir un par de modelitos?
-Sí, o eso creo.
-Bien.
Charlie anda por la tienda
analizándolo todo, va recolectando algunas prendas y después de
recorrer el establecimiento la pila de ropa ha crecido
considerablemente.
-Aquí tienes -dice a mi lado,
sin saber como me he quedado parada delante de un precioso vestido de
fiesta- ¿por qué no te lo pruebas?
-No se -digo no muy convencida.
-Venga -coge uno de los vestidos
y lo añade al montón- vamos.
Nos dirigimos a los probadores y
Charlie pone toda en una silla, acto seguido empieza a separar la por
prendas pantalones, faldas, camisetas y vestidos.
-Toma -me da una falda y un
pantalón cada uno con una camiseta seleccionada.
Entro en uno de los probadores y
me pongo el primer conjunto, sorprendentemente el estampado floreado
de la falda coincide con el color de la camiseta. Abro la puerta y
veo a Charlie muy entretenido mientras hace combinaciones.
-¿Cómo lo has hecho? -le digo
algo confundida, al girarse se queda pasmado sin saber bien que
decir- ¿qué?
-Nada, solo que no esperaba que
te lo probaras lo primero, me gusta.
-Siguiente -dice haciendo un
gesto para que vuelva al probador.
Me pruebo los shorts con la
camiseta que me a dado y vuelvo a salir, Charlie me vuelva a examinar
antes de acercarse y hacerme un nudo en el bajo de la camiseta.
-Toma pruébate este -dice
dándome el vestido de fiesta- oh y esto -me entrega otro conjunto- y
esto otro -dice acabando de ponerme tres modelitos más.
Me pruebo todo y salgo cada vez
para que vea como me queda, no dejo de reír al ver su cara de
sorpresa cada vez que salgo, poco a poco la montaña de ropa va
disminuyendo. Cuando me pongo el último conjunto que me ha dado
salgo fingiendo que soy una modelo pero Charlie no está.
-¿Charlie? -echo un vistazo por
la tienda pero no lo encuentro por ningún lado.
-¿Piensas comprarlo? -dice una
voz detrás mio. Al girarme me encuentro con una chico alto de ojos
azules que me sonríe.
-Em... no lo tengo claro.
-Deberías, estás muy guapa
-noto como empiezo a ruborizarme.
-Mili, ¿qué haces? -Charlie se
acerca a nosotros con otro vestido en la mano y una bolsa en la otra.
-Ya lo veo -dice con un
movimiento de cabeza dirigido al chico- toma -me da el vestido que
acaba de coger y se sienta en una de las butacas.
Entro en probador después de
dedicarle una sonrisa al chico de antes y me quito la falda y el top
que llevaba. Empiezo a ponerme el vestido pero después de pasar la
cabeza y parte del torso me doy cuenta de que no baja más, así que
intento quitármelo pero se queda atascado y me quedo en un punto
intermedio sin saber que hacer.
-¿Charlie? -no escucho
respuesta alguna así que le llamo más fuerte- Charlie.
-¿Qué pasa Mili?
-¿Qué talla has cogido?
-No lo se, no me he fijado.
-Genial Einstein, ahora no me lo
puedo quitar.
-¿Qué? -dice en tono cómico.
-Deja de reírte y entra aquí
para ayudarme.
-Joder Mili si querías que te
desnudara solo tenías que pedírmelo.
-Imbécil, sabes que olvídalo
llama a una dependienta y que venga ella a ayudarme.
-¿Quieres hacer el ridículo
delante de alguien más?
-No... Dios entra de una vez me
duelen los brazos.
Escucho la puerta abrirse y acto
seguido las manos de Charlie están sobre mis caderas.
-¿Qué estás...? -me empuja
ligeramente hacia atrás y la puerta se cierra.
-No me dejabas entrar bien -dice
razonando su comportamiento pero a pesar de ello sus manos no se
apartan, sino que empiezan a deslizarse hacia arriba con lentitud, es
entonces cuando noto que coge la tela del vestido y tira de ella con
delicadeza por sin dejar de rozar mi piel. Cada vez noto como mi
cuerpo queda más al descubierto y me sonrojo al pensar que Charlie
puede estar examinándome con ojo crítico.
-¿Pasa algo? -digo cuando noto
que ha parado.
-No -dice tan cerca de mi cara
que su respiración choca contra mis labios. Da un último tirón
hacia arriba y vuelvo a ser libre. Sus ojos miran a los míos
fijamente antes de apartar la mirada y salir.
Me pongo la ropa con la que he
venido y me reúno con él.
-¿Ya tienes claro lo que
quieres?
-Creo que sí -cojo un par de
conjuntos y vamos a la caja para pagar.
Cuando salimos, cada uno con dos
bolsas ya que Charlie también se ha comprado unas camisetas lo
dejamos todo en el coche y nos vamos a dar una vuelta hasta que se
hace de noche. Entramos en el coche y Charlie pone la llave en el
contacto pero después de intentarlo varias veces el coche no
arranca.
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