domingo, 21 de septiembre de 2014

Capítulo 5.

Verano.
Cuando me despierto por la mañana me encuentro con Charlie en la cocina, está sentado frente a la ventana con un taza de café en la mano.
-Buenos días -digo.
-Buenos días -dice dándose la vuelta- ¿no podías dormir?
-No, ¿y tú?
-Podía, pero no quería.
-¿Has dormido algo?
-No, me mantengo despierto gracias al café -le da otro sorbo y deja la taza en la encimera- ¿me acompañas a un sitio? Quiero enseñarte algo.
-Claro.

Salimos por la puerta y vemos como el sol todavía no ha salido del todo, Charlie me guía hasta las profundidades del bosque y se para delante de un gran árbol.
-Te ayudaré a subir.
-¿Qué?
-Rápido -pone sus manos unidas y se agacha un poco para impulsarme mejor. Pongo un pie sobre sus manos y me impulso todo lo que puedo para agarrarme a una rama que está a más de medio metro de mi cabeza- ¡vamos sube las piernas!
-¡YA! -segundos después Charlie está a mi lado y señala un punto perdido en el horizonte- ¿qué miramos?
-Espera, espera y... ahora -en ese mismo instante el sol sale por completo y hace que todas las ramas peladas de los árboles tengan un color naranja precioso. Miro a Charlie asombrada y él sonríe al ver mi reacción.
-Es precioso -es lo único que puedo decir.
-Mili.
-¿Qué?
-¿Sabes qué le pasa a mi primo conmigo?
-¿Por qué debería saberlo?
-Pasas mucho tiempo con él y he pesando que a lo mejor lo sabrías.
-La verdad es que no -no quería contarle que lo más probable es que fuera por mi culpa pues era una conclusión algo precipitada.
-Será mejor que volvamos.
-Claro -un escalofrío me recorre el cuerpo y Charlie lo nota.
-Toma -se quita la camiseta y me la pone con rapidez.
-No es necesario.
-Ya está hecho, ¿una carrera? -propone repentinamente.
-¡YA! -grito después de empezar a correr.
-¡Tramposa! -grita corriendo detrás de mí. No paro de correr hasta que llego hasta la orilla, en ese momento Charlie me levanta del suelo y sigue corriendo conmigo hasta el agua.
-¡Qué fría! -grito cuando me hunde en el agua. Charlie ríe con ganas mientras le miro con cara de odio.
-No te enfades Mili.
-Me las pagarás.
-Estoy ansioso por ver cómo -dice retador.
-¡Rae! -la voz de Will retumba por el lago y miro Charlie asustada.
-Vamos, corre -Charlie me empuja y los dos corremos hasta la casa. Hasta que vemos a Will.
-¿Qué pasa? -digo con la respiración agitada.
-¿Dónde estabas? Nos has asustado -en el momento que Charlie llega Will se tensa. Tiene el ojo morado y el labio bastante hinchado.
-¿Qué ha pasado?
-Si te la vas a llevar a algún lado avisa antes.
-Lo que me faltaba, tener que pedirte permiso para ir con Mili donde sea.
-Soy el mayor, tú eres tú, así que sí tienes que pedirme permiso.
-La conoces desde hace dos días yo la conozco desde los diez años, además es mayorcita pare hacer lo que quiera con quien quiera.
-¿Qué estás dando a entender? ¿Rae? -me mira esperando una respuesta.
-Me parece un poco exagerado, no te pido permiso para estar con Chris no entiendo por qué tengo que pedírtelo para estar con Charlie.
-Lo sabes muy bien.
-¿De qué estás hablando? -dice Charlie desorientado.
-Nada, es un tema entre Will y yo.
-Pero también me incumbe por lo que veo.
-Te equivocas.
-Dímelo -me dice algo molesto.
-¿Por qué has tenido que hablar? -le grito a Will antes de salir corriendo.

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