jueves, 29 de mayo de 2014

La Tierra, El Sol y La Nube que se interpone.

Había una vez un planeta llamado Tierra, era un planeta feliz tenía muchos amigos a su alrededor pero había una en la que confiaba plenamente, la Nube. La Tierra y la Nube habían sido siempre muy buenas amigas, no había día en el que no se las viera juntas, hasta que el Sol hizo acto de presencia, era grande y brillante, eso hizo que la Tierra se cegara y se enamorara plenamente de él. Cuando se lo contó a Nube ella le prometió ayudarla, ya que por aquel entonces Nube mantenía una idílica relación con Ozono. Los días de Sol que la Tierra recibía eran largos y calurosos, eso hacía feliz a Tierra y Nube se dedicaba a aparecer únicamente cuando Luna estaba presente en el cielo para no interrumpir a la pareja que Tierra pensaba que se acabaría formando.
Pasaron dos días juntos bastante intensos cuando Nube quiso conocer a Sol, en ese mismo momento el cielo se cubrió de nubarrones que descargaban una gran cantidad de agua fría sobre la Tierra y que sobre todo le impedían ver a Sol. La Tierra cada día estaba más llena de agua y no podía ni diferenciar entre el día y la noche. La Luna al verla tan triste le preguntó.
-¿Qué te sucede querida Tierra? Tus ríos están llenos de agua y tus mares rebosan, tus plantas están saciadas pero estás más triste que nunca.
-Querida Luna mía, que me acompañas en mis noches intranquilas, mi exterior está contento, es mi interior el que sufre pues la amiga en quien más confiaba me ha fallado de la peor de las maneras.
-¿Quién es esa amiga que tan mal te ha tratado?
-Nube, Nube es esa amiga, aquella que prometió ayudarme es la que me ha clavado un puñal en mi interior.
-¿Pero qué horrible fechoría ha cometido?
-Me enamoré, queridísima Luna, me enamoré de Sol y ella me lo arrebató, me prohibió verle y se interpuso entre nosotros para que nuestra relación desapareciera.
-¿Nube, hizo tal cosa? Ella y Ozono parecen tan felices juntos.
-Pues lo hizo.
-Tal vez ella también le amaba y no te lo contó.
-Nube me dijo que me ayudaría y que era feliz con Ozono, ahora su versión ha cambiado y al parecer no es feliz con él.
-¿Has hablado con ella?
-No.
-Hazlo, pregúntale por sus acciones y que sea sincera contigo.
-Eso haré.
Cuando amaneció Tierra llamó una y otra vez a Nube hasta que esta le contestó.
-¿Qué sucede amiga mía? ¿no eres feliz con la lluvia que te proporciono?
-No, quiero saber más acerca de tu relación con Sol.
-¿Sol y yo?
-Sí, está claro que os lleváis muy bien y quiero saber más.
-Te ruego que me perdones mi confidente pues creo que me he enamorado de él.
-¿Y Ozono?¿qué pasará con él? ¿ya no le amas?
-No como antes, Sol me ha abierto los ojos y creo que Ozono me limitaba. No me dejaba el espacio que necesitaba y... Con Sol todo es distinto.
-¿Tu conciencia está tranquila, querida Nube?
-¿Por qué no debería estarlo?
-Yo te confesé lo que sentía por Sol y a ti te dio igual, continuaste hacia adelante, ¿acaso no te reconcome?
-Lamento mucho decir que no.
-Pensé que serías mi amiga y me ayudarías pero ya veo que no es así.
-Tierra, siento haberte hecho daño, espero que algún día puedas perdonarme.
-No es cierto, no lo sientes porque no vas a parar, por lo tanto no se si podré perdonarte.
Después de ese momento la Tierra y la Nube dejaron de ser tan buenas amigas y aunque las dos querían volver a la relación de antes no podían, quiero contaros que la Tierra se hizo más amiga de la Luna que cada noche le contaba algo diferente y nuevo que las Estrellas cotilleaban pero además de la Luna conoció a Viento, era fuerte o tranquilo dependiendo del día, le hacía reír rozando las ramas de sus árboles y era un gran amigo que la apoyaba en todo. Así que esta historia no tiene un final tan triste como el que parece. La Tierra es feliz, en cambio Nube y Sol siguen separados por Ozono que no se rinde y no conoce nada de lo sucedido entre su pareja y su amante.

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