-¿Qué ha pasado? -dice
alarmado- Eli.
Se levanta con rapidez y me
ayuda a ponerme en pie.
-¿Te he hecho daño?
-No, tranquilo.
-¿Cómo te encuentras? ¿te
duele la cabeza?
-Bastante.
-Mójate la cara con agua fría
y tómate una aspirina.
-Vale -voy al lavabo y sigo las
indicaciones de Sam. El agua hace que me despierte de golpe y hace
que el dolor de cabeza parezca menor pero el efecto es pasajero, me
tomo una aspirina y espero hasta que empieza a disminuir.
Escucho el sonido de mi móvil y
cuando salgo veo a Sam descolgándolo.
-Teléfono de Eli -dice antes de
verme, acto seguido lo señala y articula las palabras “es para ti”
con los labios, ¿es mi móvil, por quién iban a preguntar? Sam me
da el teléfono y contesto a la llamada.
-¿Sí?
-¿Beth? -preguntan al otro lado
de la línea.
-Papá -me quedo muda y no paro
de preguntarme qué quiere. La cara de Sam se tensa.
-Elisabeth ¿quién demonios era
ese chico?
-Sólo es un amigo, ¿por qué
has llamado? -digo intentando cambiar de tema.
-Han llamado del Starbucks, te
necesitan esta tarde -dice por un momento pienso que va ha colgar
pero entonces vuelve a hablar- pensaba que habías madurado,
Elisabeth.
-¿A qué viene esto? ¿madurado?
¿Elisabeth?
-Un chico ha contestado a tu
teléfono a las nueve de la mañana entenderás que esté preocupado
de haberte dejado irte a vivir sola en una residencia llena de
adolescentes con las hormonas revolucionadas ¿y qué tiene de malo
llamarte Elisabeth?
-Sólo me llamas así cuando
estás enfadado o hay una mala noticia -en mi mente se reconstruye el
momento en el que papá me contó que mamá había muerto, yo estaba
en la escuela y vi todo mi mundo desmoronándose por unas pocas
palabras.
-Antes de ir a trabajar pasa por
casa -la conexión se corta sin posibilidad de replicar.
-¿Está todo bien? -pregunta
Sam, recordándome que no estoy sola.
-Sí, solo tengo que ir a casa y
después a trabajar.
-Yo te ayudo.
-Mejor que no.
-Está bien, pero de mi casa me
encargo yo.
-Hecho.
Nos tumbamos un rato más en la
cama y comenzamos a hablar de cosas sin importancia hasta que saco un
tema que me sorprende hasta a mí.
-Ayer Lis me dijo que sólo era
un juguete para ti.
-¿La creíste? -pregunta Sam
mirándome a la cara.
-¿Debería?
-No.
-¿Entonces por qué me lo dijo?
-Celos.
-¿Es tu ex-novia? -pregunto
pero antes de que conteste añado algo más- parece tu tipo.
-No, no es mi ex-novia y ¿mi
tipo? ¿enserio? ¿cual es mi tipo? Tengo curiosidad.
-Bueno en realidad es el tipo de
todos.
-Au, eso duele, pesaba que
sabías que no soy como todos.
-No me refería a eso, es el
hecho de que tiene todo lo que los chicos buscan en una chica.
-Sorpréndeme.
-Cuerpo escultural, sonrisa
perfecta, agradable, habladora...
-¿Alguien como tú?
-No, yo estoy bastante lejos de
todo eso.
-¿Qué te falta?
-Actitud sociable, ser habladora
y mi cuerpo no es escultural.
-Venga ya, ¿te has mirado en un
espejo? Estás increíble.
-¿Tienes hambre? -me levanto de
la cama y preparo algo de comer.
Por la tarde Sam me lleva a casa
de papá. Al entrar por la puerta todo está en silencio.
-¿Beth? ¿eres tú? -pregunta
una voz al otro lado de la puerta de su despacho.
-Sí, papá soy yo -abro la
puerta y lo veo sentado en su silla de cuero tras su gran mesa de
madera. Su pelo negro está peinado hacia atrás con elegancia y
lleva puesto el traje- ¿algún caso importante?
-Tres, les he pasado los básicos
a los principiantes es lo que tiene ser el director -leo el estampado
sobre las fichas de los casos “bufete Wayland & Jones”.
-¿Qué querías papá?
-Marlen me convenció de que
estarías bien, pero al escuchar a ese chico contestar al teléfono
ya no estoy tan seguro.
-Sam es solo un amigo, no pasó
nada, me llevó a casa después de la fiesta, es todo.
-¿Una fiesta? Beth te estás
desmadrando ¿Qué será lo siguiente? ¿contarles a todos que eres
mi hija?
-No, eso nunca se me pasaría
por la cabeza, te recuerdo que adopte el Jones de mamá para que no
nos relacionaran y vivía lejos de ti para que no nos vieran juntos,
me crié sin ti para que los “dos” tuviéramos una vida más
fácil.
-Beth...
-Llego tarde, adiós.
-¿Quieres que te lleve?
-No ya tengo transporte.
-¿Has traído a ese chico a
casa?
-No es la primera vez que viene,
me ayudó con la ropa que quedaba aquí, por cierto la habitación
del bebé está quedando muy bien.
Salgo de lo que era mi casa y me
subo a la moto de Sam, que no hace preguntas sino que se limita a
conducir hasta el centro comercial en silencio.
-Hola Eli.
-Marcus este es Sam ¿te importa
si me ayuda un poco hoy?
-No, cuantos más mejor -su voz
suena forzada pero no le doy importancia.
-Genial.
Comienzo a atender las mesas
mientras Sam va repartiendo los pedidos y Marcus se encarga de la
caja, “todo parece ir bien” me digo a mí misma.
-Eli, teléfono -dice Marcus
después de atender a un grupito de chicas.
-Voy -paso por delante de ellas cuando una mano me coge del brazo.
-Marginada -dice Amber con una
sonrisa maliciosa.
-Suéltame.
-¿O qué? Sam no va a estar
siempre para protegerte.
-¿Qué tiene ella que no tenga
yo?
-Nada, por eso la prefiero -miro
a Sam incrédula y él me devuelve la mirada con un guiño de ojo y
una sonrisa.
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Helloooo!!!! Cómo va? Dios mio que feliz soy en este puente taaan precioso que tengo (5 días de libertad el martes se acaba pero las buenas cosas duran poco o eso dicen) y no me enrollo más espero que lo hayáis pasado bien.
Os quieroo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario