miércoles, 5 de febrero de 2014

Cuentas pendientes

Llevo veinte minutos sentada en el sofá de cuero de la consulta y todavía no he abierto la boca, la verdad es que no sé por donde empezar. Mi psicóloga me mira expectante pero no dice nada. Es una mujer guapa de unos treinta y pocos y a juzgar por su actitud es novata. La veo coger el vaso de la
mesa y darle un gran trago.
-Empecemos de nuevo, Neith ¿qué piensas qué ves? -por su tono veo que se esfuerza por ser dulce pero algo en él no me gusta.
-No lo pienso, yo VEO a una chica -miro a un punto fijo y la visualizo- es alta y delgada, tiene el pelo rubio y me persigue.
-¿Dónde crees verla habitualmente? -dice volviendo a dar a entender que es cosa de mi imaginación.

-La VEO en el instituto -digo rectificando lo que ha dicho- siempre sigue al mismo chico.
-¿Quién es él? ¿lo conoces?
-Se llama Charlie es bastante popular, ella le sigue, le abraza por la espalda y él siempre se gira. Muchas veces le besa la mejilla pero él solo la frota con fuerza. La escucho gritarle habitualmente intenta hablarle pero él no la oye.
-¿Quién es ella, Neith?
-No lo sé, pero sabe que la veo, me mira y me sonríe hay veces en las que me saluda pero no le contesto.
-¿Sólo la ves en el instituto?
-No, está aquí ahora -dirijo mi mirada a ella, está sentada sobre la mesa del ordenador.
Veo a Lana seguir la trayectoria mi mirada pero claramente no la ve, está claro que debe ser difícil hablar con una adolescente “problemática”, que afirma ver fantasmas pero siendo psicóloga debería saber disimular sus sentimientos y no lo hace.
-¿Puedes averiguar su nombre? -pregunta intentando fingir que me cree.
-Lo puedo intentar -la miro durante unos instantes y ella me sonríe con dulzura.
-Soy Christine, pero quiero advertirte de que no te cree.
-Lo sé, no estoy aquí por gusto.
-¿Estás hablando con ella?
-Sí, se llama Christine.
-Cada vez piensa más que no tienes remedio.
-Hay días que yo también lo pienso.
-Neith pregúntale por Charlie -la miro pero antes de abrir la boca Christine me contesta.
-Fuimos novios durante varios años, nos queremos con locura, bueno yo todavía le quiero con locura. Hace un año tuve un accidente de coche con una amiga, ella sobrevivió yo no tuve la misma suerte. Neith necesito tu ayuda con Charlie y para ello debes salir de aquí sin nada que pueda turbar tu mente. Así que finge que tan solo soy tu subconsciente, que hace que quieras estar con Charlie.
-¿Neith? ¿qué dice Christine?
-Dice que le quiere y quiere estar con él -me apresuro a decir.
-¿Crees que podría ser cosa de tu cabeza que te dice que te gusta ese chico?
-Lo más probable, es muy atractivo y parece agradable.
-Ahora que lo has admitido ¿la sigues viendo?
-Di que no -me aconseja Christine.
-No, se ha desvanecido -finjo buscarla por la habitación.
-Neith, harán falta un par de sesiones más para ver tu evolución, pero de momento no te recetaré medicamentos.
-Bien, ya es la hora debo irme -recojo mi mochila y me levanto del sofá después de fingir haber mirado la hora en mi reloj de pulsera.
-Nos veremos en una semana.
-Sí, adiós -salgo por la puerta y Christine está a mi lado.
-Buen trabajo.
-¿Cuál es el siguiente paso?
-Acercarse a Charlie y ganarse su confianza.

Al llegar al instituto repito en mi cabeza una y otra vez lo que tengo que hacer con Charlie, estoy recordando toda mi interpretación cuando escucho un ruido detrás mío suena como a pegajoso. Al girarme veo a “la pareja chicle” son un pareja de enamorados que no se separan nunca, él es alto pero ella casi lo es tanto como él. Aparto la mirada antes de que me entren náuseas, no es que no me gusten los besos es el ruido tan desagradable que hacen al unir y separar los labios una y otra vez, pero en el momento en el que veo a Charlie pasar, me olvido de ellos.
-Perdona ¿Charlie? -pregunto detrás de él.
-Sí -dice girándose- ¿nos conocemos?
-No, sí, bueno más o menos vamos juntos a español -veo a Christine detrás de él.
-No te pongas nerviosa, te tiembla la voz sólo es un chico más.
-Lo siento no tengo muy buena memoria, ¿cuál es tu nombre?
-Neith.
-Oh, ya me acuerdo de ti.
-No es cierto solo intenta quedar bien, no cambia.
-No ayudas -le digo a Christine.
-¿Qué? -pregunta Charlie desconcertado.
-Nada, debo irme -giro sobre mí misma y desaparezco dando largas zancadas.
-Neith, espera debes volver y hablar con él.
-No puedo, que le digo hola Charlie mira la verdad es que hablo contigo porque puedo ver a tu novia muerta.
-Es la verdad.
-Ya pero si hago eso me internan seguro y no quiero pasar el resto de mi vida en un manicomio por tu culpa -le grito a Christine.
-¿Neith? -pregunta una voz detrás mía.
-¿Qué? -le grito mientras me giro y ante mí Charlie.
-Díselo.
-¿Que querías decirme antes?
-Necesito que hablemos, tan solo dí esas malditas palabras.
-Necesito que hablemos.
-Ya lo estamos haciendo -dice sonriendo.
-A solas, cuando acaben las clases.
-Está bien, ¿puedes darme una pista de lo que quieres decirme?
-No, si lo hiciera no creo que quisieras venir.
-Entonces es algo serio.
-Bastante la verdad.
-Nos vemos en el parque Green Wood, a las seis y media.
-Perfecto.
-Adiós.
-Nos vemos.
Al acabar las clases vuelvo a casa e intento buscar la forma adecuada para decirle a Charlie que puedo ver a su novia muerta.
-Christine -la llamo mientras mira las estanterías de mi habitación- ¿Christine?
-Oh, perdón ¿qué pasa?
-Todavía no me has dicho que es lo que quieres que haga con Charlie.
-Todo a su tiempo mi queridísima Neith, todo a su tiempo.

Mi reloj marca las seis y media y estoy en el parque Green Wood, solo falta Charlie el protagonista de esta escena. Lo veo aparecer y me propone ir a por unos cafés antes de empezar a hablar.
-¿Qué es eso tan importante que quieres contarme?
-No sé por donde empezar.
-¿Qué tal por el principio?
-Es fácil decirlo.
-Sólo dilo.
-¿Qué te dice el nombre de Christine? -digo sin rodeos.
-¿Quién te ha hablado de ella? -su sonrisa se convierte en una mueca de dolor- ¿¡quién!?
-Ella... -Christine me anima algo impaciente- ella está aquí.
-No tiene gracia.
-No es una broma, ojalá lo fuera, Charlie es cierto está aquí, puede que no ella pero su espíritu sí.
-Dile que le perdono, con una condición.
-¿Perdonarle? ¿por qué? ¿qué condición?
-Deja de hacer eso, ella no está, no hay nada después de la muerte.
-Tenía una cuenta pendiente contigo eso está claro, por eso sigue aquí, lo que no puedo entender es ¿de qué te perdona? ¿y qué quiere a cambio?
-Es simple le quiero a él.
-¿Por qué te querría a ti muerto, Charlie?
-¿Qué te ha contado de su muerte?
-Me dijo que iba con una amiga que vivió, en cambio ella no tuvo la misma suerte.
-¿Una amiga? ¿eso es lo que era para ti tu hermana, Sarah?
-¿Sarah? ¿quién es Sarah?

-Eran gemelas, la noche de su muerte Christine estaba diferente me cogía del cuello y no paraba de besarme, poco después apareció la auténtica Christine.
-¿¡Qué tenía ella!? Éramos iguales y aun así la elegiste a ella, la perfecta.
-Yo conducía esa noche, las estaba llevando a casa y se pusieron a discutir, en mi camino se cruzo un conejo y al intentar esquivarlo perdí el control del coche, volcamos, Sarah murió en el accidente y Christine estaba muy grave y murió dos días después, pero me dio tiempo a hablar con ella una vez, me dijo que no me guardaba ningún rencor y que me volviera a enamorar pero que me asegurara de que era la persona indicada -al acabar el relato no puedo evitar que un par de lágrimas silenciosas caigan por mis mejillas.
-Muy tierno pero él siempre debió ser mío.
-Christine jamás hubiera querido que muriera por ella.
-¿Pregúntale por qué está tan seguro? -me ordena Sarah.
-¿Cómo la sabes?
-Ella quería que viviera la vida por los dos, una vida llena de amor, aventuras y diversión, así era ella. Eso te ha delatado Sarah.
-Quiero saber por qué ella y no yo.
-¿Por qué no te fijaste en Sarah?
-Christine era diferente, era como un rayo de sol en un día nublado. Siempre la quise y la querré.
-Debe morir, ayúdame Neith y te dejaré para siempre.
-No, no pienso hacerlo.
-¿Qué quiere?
-Quiere que te mate.
-Sarah si muriera buscaría a Christine, y si ella no está, no podría estar contigo, quiero que lo entiendas.
-Mátalo.
-No.
-¿Neith, cuál es la verdadera cuenta pendiente que tiene Sarah?
-Ella dice que eres tú.
-Miente.
-¿Sarah cuál es tu cuenta pendiente?
-Todo fue por mi culpa, yo la maté y por eso también estoy muerta.
-Se culpa del accidente.
-Y con razón, Charlie no recuerda todo lo que pasó el conejo no hizo que perdiera el control del coche, fui yo -dice mirándome a los ojos- quería volver a la fiesta pero Charlie se negaba, no pensé que fuera a pasar nada malo y le giré el volante, la carretera estaba mojada, el coche patinó y... -la voz se le quiebra y no puede continuar.
-Dice que ella hizo que el coche volcara porque quería volver a la fiesta.
-Lo recuerdo, vagamente.
-Necesito que me perdone estoy cansada de estar aquí, quiero estar con mi hermana.
-Necesita tu perdón para poder cruzar al otro lado y estar con su hermana.
-Lo tienes Sarah, te perdono si es lo que quieres oír pero lo que quiero que sepas es que no te he culpado nunca y Christine tampoco lo hará, así que ve tranquila y dile que la quiero.
-Lo haré y Neith, muchas gracias por todo y suerte con la psicóloga ya no creo que tengas más problemas por mi culpa -sonríe una última vez antes de darse la vuelta y mirar a la nada.
Tras unos pasos veo como se desvanece ante mí y no puedo evitar mirar a Charlie.
-¿Se ha ido?
-Sí, parecía contenta.
-¿Crees que estará bien?
-Por lo menos no estará sola -digo intentando convencerme.
-Tú tampoco lo estarás, lo prometo.

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